No al Brexit. Sí a una Europa Libre, Unida y Solidaria

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Los acontecimientos políticos en nuestro país y en el conjunto de Europa se suceden de forma vertiginosa, y entre las cuestiones de la agenda política pasa desapercibida una cuestión capital para todos los europeos: La firme voluntad del Ministro Conservador, David Cameron, de convocar un Referendum sobre la permanencia del Reino Unido en la UE antes de finalizar el año 2017. Es lo que denominamos en el «argot» europeo como «Brexit».

David Cameron se comprometió a comienzos de 2013 en llevar a cabo esta iniciativa, lo que algunos analistas consideraron como una manera de reforzar su liderazgo antes del proceso electoral que revalidó su segunda victoria. Y a la vista de los resultados, le salió bien. Revalidó su respaldo popular con una amplia mayoría absoluta. Lo que desconocemos es si al resto de los europeos nos vendrá bien este órdago que pone en peligro principios fundamentales de nuestra convivencia en Europa. A la vista de los movimientos políticos en la Gran Bretaña, nada bueno parece.

El líder del Partido Tory pasó a reclamar, tras confirmar la celebración del Referendum el año próximo, un Sí a la permanencia en la Unión Europea pero deseando que la UE asuma parte de su programa. Entre las medidas que proponen se encuentran pasos atrás difíciles de digerir para las y los europeístas, que concebimos a la UE como el espacio político a fortalecer en el mundo global de hoy.

Cameron juega en este momento con la vieja baza en política de proponer máximas para situar el centro del debate bajo sus intereses, que serán en esta negociación con la UE, los siguientes: Salvaguardar a la economía británica de los progresivos avances en la eurozona (como una unión bancaria voluntaria) eliminar regulaciones europeas al mercado interior; tener la posibilidad de no entrar en los procesos de transferencia de soberanía federalizantes; potenciar la capacidad de veto de los parlamentos nacionales; aumentar los controles fronterizos y limitar la libertad de circulación de los ciudadanos comunitarios; y esta última muy grave: reducir las prestaciones sociales de las que disfrutan los ciudadanos europeos (muchos españoles) que residen en el Reino Unido.

Estas propuestas del Gobierno Británico coinciden con el auge de los partidos de corte nacionalista y populista a lo largo y a lo ancho de Europa. Al final, partidos como el UKIP, hermano del Frente Nacional Francés, acaban marcando los márgenes de la agenda política europea. Frente a esta tendencia en Europa, los socialistas debemos reclamar seguir construyendo una Europa solidaria, donde Gran Bretaña ocupe el papel que le corresponde.

Como europeístas en este momento toca apoyar a los defensores del Sí, entre los que se encuentran nuestros compañeros laboristas, y gran parte del mundo cultural y empresarial, porque si el Reino Unido sale de la UE todos perdemos. Europa se empobrecería, y se abriría un precedente para el nacionalismo excluyente, que reniega de todo lo construido en los últimos 60 años. Por todo ello, necesitamos defender el Sí a Europa, por una Gran Bretaña fuerte en una Europa Unida y próspera.