La mujer rural y el desarrollo sostenible en las comunidades rurales

La agenda que nos señala los cambios que tenemos que abordar la sociedad actual está claramente en conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible, como estamos viendo que está sucediendo con la preocupación de todos en mejorar el futuro del planeta y en la lucha contra el cambio climático, mayoritariamente estamos observando una gran sensibilidad de las personas hacia estas cuestiones.

Pues bien, el Objetivo número 5 del Desarrollo sostenible es “acabar con todas las formas de discriminación contra la mujer, eliminar la violencia de género, reconocer y valorar el trabajo doméstico y los cuidados no remunerados, y velar por la participación efectiva de las mujeres”.

Entre las acciones importantes están la apuesta por hacer reformas que otorguen derechos a las mujeres, como el acceso a la propiedad y al control de las tierras y otros bienes, servicios financieros, herencias y recursos naturales.

Este objetivo tiene especial relevancia para las mujeres rurales, ya que estas se enfrentan a menudo con barreras que se suman a la discriminación que aún persiste en la sociedad actual y especialmente en las comunidades rurales.

En España menos de una cuarta parte de la gestión de las explotaciones agrarias son gestionadas por mujeres, exactamente el 23%, mientras que el 77% son gestionadas por hombres. Y de momento la creación del Registro Estatal de Titularidad Compartida en nuestro país no ha alcanzado los objetivos pretendidos en la Ley de Titularidad Compartida publicada en 2011 que pretendía visibilizar el trabajo de las mujeres en las explotaciones agrarias. Tan solo 510 mujeres se han inscrito en dicho registro.

Además, en la política agraria comunitaria – PAC – a pesar de ser una de las primeras políticas comunes creadas en el ámbito de la Unión Europea, hasta ahora ha mostrado poca sensibilidad a la necesaria visibilidad de las mujeres en el ámbito rural y la importancia de llevar a cabo acciones que impulsen la misma. Supuso un avance que en la creación del actual Fondo Europeo.

Agrícola de Desarrollo Rural – FEADER- en aplicación a partir del 2017, se recogiera en su artículo 8 aspectos que se refieren a “la igualdad entre hombres y mujeres y la no discriminación por razones de sexo” entre otras, y que deberán ser tenidos en cuenta en el desarrollo y ejecución de los programas que se lleven a cabo financiados por el FEADER, dentro del llamado segundo pilar de la PAC.

Aunque esta medida que recoge la normativa actual del Reglamento Feader, no ha mostrado ser eficaz ni efectiva para implementar programas adecuados para dar un impulso definitivo a la visibilidad real de las mujeres rurales; es verdad que algo se ha mejorado especialmente a través de la “Iniciativa leader europea” y sobre todo en su desarrollo con los Grupos de acción local que han contribuido a ayudar a vertebrar mejor a las mujeres en el ámbito rural con la creación de un buen número de asociaciones de mujeres que han podido participar en los Grupos de acción local.

Estamos en el Día de la celebración y reivindicación de la Mujer Rural, 15 de octubre. Tenemos un gran reto por delante con la nueva Reforma de la PAC y un nuevo Marco Financiero Plurianual en el ámbito europeo posterior a 2020, donde se implementarán nuevos programas y fondos de financiación para alcanzar un mayor compromiso político en el apoyo a las mujeres en las zonas rurales y así contribuir de forma más eficaz a alcanzar el quinto objetivo de desarrollo sostenible al que yo me refería al principio, y así evitaremos el avance preocupante de la despoblación en estas zonas, que igualmente se está convirtiendo en un gran reto a superar en Europa y en España.